Perro de terapia

Un American Staffordshire Terrier como perro de terapia será un AmStaff entrenado para compartir su afecto y hacer que las personas se sientan cómodas. Esto puede ser, por ejemplo, en clínicas, residencias, centros de atención, escuelas o instituciones. También pueden ser de gran ayuda en zonas de desastre. Personas o pacientes con autismo, limitaciones de movimiento o síndrome de Down a menudo encuentran un gran apoyo en esta forma de terapia.

 

Características principales del perro

Hay varias instituciones en los Países Bajos que se especializan en el entrenamiento de este tipo de perros. Las características principales que debe tener el cachorro o el perro adulto son:

  • Deseo de agradar al ser humano
  • Carácter estable
  • No tener miedo a ruidos fuertes, o si lo tienen, recuperarse rápidamente
  • No temer a movimientos inesperados
  • Responder bien a situaciones imprevistas
  • Responder bien a la voz
  • Capacidad de soportar pruebas de presión sin problema
  • Relajarse cuando se les acaricia o se les toca con un poco más de fuerza
  • Tener impulso por seguir a los humanos

Todos estos puntos suelen estar presentes en el American Staffordshire Terrier, siempre y cuando provenga de una línea de sangre equilibrada y correcta. Nuestra raza es sensible, capta muy bien las emociones y tiene un carácter gentil. A mayor edad, suelen sintonizar perfectamente con el estado de ánimo de las personas. Otra característica notable es que suelen evitar involucrarse en peleas.

Además, a menudo vemos comportamientos de tipo “payasito bully”: hacen que todos a su alrededor se vuelvan locos, provocan movimiento y luego se sientan a mirar como si fuese una obra de teatro.
El comportamiento del AmStaff, como el de cualquier otro perro, se forma por su carácter base y la influencia de la educación, el entorno y las experiencias vividas. Todo esto hace del American Staffordshire Terrier un perro de terapia querido y muy efectivo.

 

Abrirse emocionalmente

Los pacientes que trabajan con un AmStaff de terapia se abren más con el perro. Sienten que el perro los acepta tal como son. Se sienten automáticamente atraídos por los animales, y estos logran sacarlos de su mundo interior (a menudo pidiendo atención constante y manteniéndola).

Se les anima a hablar mejor, primero a jugar con el perro, luego con sus hermanos y hermanas, y más adelante con otros niños en la escuela.
Los pacientes se sienten más seguros y relajados cerca del perro, se sienten emocionalmente más equilibrados, más tranquilos, socializan mejor y, en última instancia, ganan autoestima.

 

Múltiples caras

La razón de tratar específicamente este tema es el hecho de que el American Staffordshire Terrier sigue siendo visto por muchos como una “máquina de pelear”. El texto anterior subraya una vez más que nuestra raza tiene muchas caras y puede ayudar a nuestra sociedad de muchas maneras positivas.

Therapy dog
Therapy dog

Demencia y Alzheimer

Como complemento a este tema, me gustaría mencionar el valor que puede tener un American Staffordshire Terrier en relación con la demencia y el Alzheimer. Hoy en día, los perros también están siendo entrenados para brindar compañía y apoyo en estas situaciones.

 

Experiencia personal

Tuve la oportunidad de experimentarlo personalmente un día en mi entorno familiar.
Tuvimos de visita a una persona mayor de la familia durante un tiempo. Físicamente estaba perfectamente bien, pero la familia estaba preocupada por su estado mental. Parecía tener cada vez más dificultades para recordar cosas.

Como no era muy aficionada a los perros, pensamos que sería un verdadero reto tenerla en casa. De hecho, cuando era más joven, sabíamos que lo último que se imaginaba era vivir bajo el mismo techo con un perro. Y mucho menos con un “perro peligroso” como el American Staffordshire Terrier…

……

 

Conciencia sobre la pérdida de memoria

Ella misma era consciente de que su mente ya no estaba tan clara como antes. A veces no recordaba lo que había desayunado. Mucho menos lo que tenía que hacer más tarde ese día.
Y como era consciente de todo esto, la solución más fácil fue retraerse de todo lo que implicara interacción social. Como resultado, empezó a convertirse en una persona cada vez más aislada. Llegó un punto en que prefería estar sola y leer un libro… en la medida de lo posible…

Hasta que un domingo, en uno de mis días libres, yo estaba preparando comida en la cocina y ella estaba a mi lado. Estábamos hablando.
La perra mayor de nuestro grupo de AmStaffs estaba, como siempre, a nuestro lado, observándonos y, como es lógico, esperando con entusiasmo que dejara caer algo de comida al suelo.

 

El cambio

Como sabía que no era fanática de los perros, me lo tomé como un reto personal y le pregunté si quería darle un trozo de fruta a la perra.
Me miró con una mezcla de miedo y disgusto, y me preguntó: “¿No me arrancará la mano si le doy la comida?”
Sonreí, y le quité el miedo. Le dije: “Solo dile su nombre, pídele que se siente, extiende la mano y dale un pequeño trozo de fruta.” Y así lo hizo.

Lo que siguió fue una sonrisa hermosa en su rostro.
De ignorar completamente a los perros, pasó a una especie de: “¡Mira lo que acabo de hacer! ¡Mira lo que logré!”
Me preguntó el nombre del perro… y ahí comenzó todo.

 

Intentando recordar

Ahora intenta recordar activamente los nombres de todos nuestros perros. Incluso ha escrito en un papel todos los nombres y las características de cada uno. Se nota claramente que disfruta la interacción con ellos, especialmente con los mayores.
Intento mantener a los más jóvenes alejados de ella, ya que todavía no tienen la sensibilidad necesaria para estas situaciones tan delicadas.

 

Un nuevo mundo se abrió

Antes, cuando apenas llegó, se enfadaba si algún pelo de perro se le pegaba a la ropa. No le gustaba en absoluto que la “besaran”. Ahora… ven la televisión juntas, los acaricia, les habla e incluso les canta canciones.
Es enternecedor ver cómo se ha abierto completamente un nuevo mundo para ella.

 

Positivo y estimulante

Lo que quiero resaltar aquí es que he visto un cambio más que positivo en la actitud de nuestra familiar mayor. La vemos más feliz. Ahora disfruta de la interacción con los perros. Notamos que esta interacción estimula su mente.
De vez en cuando le preguntamos los nombres de los perros, y realmente hace el esfuerzo por recordarlos. Le pedimos que nos diga por qué prefiere a uno más que a otro, lo cual también la hace usar su memoria y razonamiento.
Nos sorprende la cantidad de detalles que capta… Si hubiera comenzado a interactuar con perros hace 50 años, ¡seguro que habría sido una excelente criadora! 😉

 

Conclusión

Al final, tengo claro que los perros (especialmente aquellos entrenados para estas situaciones) pueden marcar una enorme diferencia. La diferencia entre apagarse lentamente o tener algo que esperar con ilusión.
Como decía Max: “La vida no sería la misma sin ellos.”

 

Actualización Primavera/Verano 2020

En este momento tenemos una camada. Una camada de una de sus perras favoritas. Nos impresiona ver que su implicación ha dado aún un paso más. Ahora observa con detalle a los cachorros recién nacidos, y te explica con todo detalle por qué le gustan. Y más, y más…

Además de estar nosotros encantados con esta camada, estamos aún más felices de ver que estos pequeños milagros han vuelto a marcar una gran diferencia para alguien afectado por el Alzheimer o la demencia.